jueves, setiembre 29, 2005

Katrina, Rita y la igualdad

Si revisamos la Biblia al igual que algunos clásicos griegos, veremos que conceptos como igualdad son elementales. En la Biblia, por ejemplo, el amor y la igualdad bajo la ley para ciudadanos y extranjeros es uno de los preceptos que más se repiten. Sócrates, por su parte sostiene una sociedad igualitaria basada en la propiedad común de los bienes, mujeres y niños mientras que Aristóteles identifica justicia con igualdad manifestando que lo que es justo y correcto debería ser interpretado en el sentido de lo que es igual.

Sin embargo, considero que los hombres no son iguales por naturaleza en atención de que no todos nacen con la misma capacidad, en el mismo estado de salud, el mismo grado de inteligencia, fuerza o tendencias. Si bien es cierto que Aristóteles propugna una sociedad libre e igualitaria acepta también la existencia de hombres que son esclavos por naturaleza. La Biblia, en el Devarim 15:17, también se refiere a esclavos que resisten ser liberados y, Montesquieu, aunque rechaza la idea de los esclavos por naturaleza de Aristóteles; acepta la imposibilidad e inconveniencia de una igualdad estricta manifestando que ésta sería tan difícil de establecer pues una exactitud extrema al respecto no sería siempre conveniente.

Y es que no existe nada que sea estrictamente igual a otra cosa o persona sobre la tierra por lo que cada ser u objeto material tiene finalmente sus propias particularidades y características. Roger Williams, en su libro “Free and unequal: the biological basis of individual liberty” sostiene que no existen dos átomos o dos moléculas iguales, ni siquiera resulta ser que el hombre es enteramente igual en dos momentos diferentes su propia vida.

Sin embargo, y pese a lo manifestado estaréis de acuerdo conmigo al afirmar que somos testigos de la constante predica de algunos grupos en considerar como un axioma gravitante y objetivo principal de la humanidad: la obligación moral de lograr la igualdad entre los hombres, cuando ello es totalmente imposible desde cualquier punto de vista que lo veamos. A mi entender, la única igualdad que existe o debería existir, tal como lo señalara F. A. Hayek, es la que se sostiene ante la Ley; sin embargo, luego de leer las noticias y los reportes sobre los desastres naturales ocurridos en nuestro hemisferio durante las últimas semanas, cabría la posibilidad de añadir también la que se sostiene ante D*os y la naturaleza, pues más allá de la apreciación que tengamos sobre tales acontecimientos y, partiendo de que los hombres se encuentran en las mismas condiciones ante los mismos hechos, ni el huracán Katrina ni el llamado Rita distinguieron entre los pobladores de los estados norteamericanos por los que pasaron.

Es ante estas circunstancias que los masones deberíamos darnos un tiempo para pensar en los tres principios sobre los que reposa la francmasonería: LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD a fin de tomar conciencia de su real significado y su verdadera dimensión para lograr contactar a lo más elevado de nuestro ser y reconocernos como lo que veridicamente somos: SERES UNICOS E IRREPETIBLES comprometidos en entender nuestro paso por el mundo de la materia como una oportunidad para compartir nuestra sabiduría por más desigual que ésta resulte y, ejercer entre nosotros la cooperación y la fraternidad a partir del libre ejercicio de nuestra voluntad

No hay comentarios.: